Cuando la iglesia es afectada por un ministerio anterior

"¿Qué instrucciones bíblicas hay para un pastor llamado a una iglesia que ha sido afectada por un ministerio anterior?"

Lastimosamente hay varias razones por las cuales una iglesia es afectada por un ministerio pastoral saliente.  Puede ser por una situación de conflicto entre los hermanos,  por una caída moral,  o porque este ministerio haya sido demasiado largo o demasiado corto.

La Biblia nos muestra consejos para un pastor que es llamado a una iglesia en esas condiciones:  

1.      Muestra el amor de Cristo

Pablo supo la realidad de los graves problemas en una congregación: “Sé que después de mi partida entrarán en medio de ustedes lobos feroces que procurarán acabar con el rebaño”  (Hech.  20:29).

En este contexto, mostró que la conducta pastoral era expresar en su vida el amor,  la paciencia y la sabiduría: “No he codiciado ni la plata ni el oro ni la ropa de nadie.   Ustedes mismos saben bien que estas manos se han ocupado de mis propias necesidades y de las de mis compañeros. Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir” (Hech. 20:33-35).

2.      Ten cuidado de juzgar

Dios es el juez y como él vea apropiado juzgará la situación previa.    No es necesario que nosotros tengamos que añadir críticas ni hacer comentarios a los miembros sobre la difícil situación que pasaron.  “Hermanos, no hablen mal unos de otros. Si alguien habla mal de su hermano, o lo juzga, habla mal de la ley y la juzga” (Sant. 4:11 cp.  Mat 7:1,2).

Además aunque hubo problemas, hay que regocijarnos en lo que Dios hizo en la congregación anteriormente.  “Al fin y al cabo, y sea como sea, con motivos falsos o con sinceridad, se predica a Cristo”   (Fil. 1:18).

3.      Habla la verdad

Cristo habló fuertemente cuando encontró errores en otros predicadores  de su época.  Cinco veces en el Sermón del Monte él comparó los falsos énfasis o posturas de sus antepasado: “Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo”. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen,…” (Mat. 5:43, 44  cp  5:21,  27,  33,  38)

Generalmente no se encuentra situaciones tan serias como ésta,  pero no es bueno promover ideas peligrosas con nuestro silencio. 

4.      Sé un amigo

En el ministerio Jesús mostró que él era más que un maestro,  también era amigo:   “Ya no los llamo siervos... los he llamado amigos” (Jn 15:15).  

De esta manera Cristo estableció la iglesia frente a una historia inmediata de enseñanzas falsas y vidas hipócritas.    Sin embargo, la iglesia de hoy sigue siendo el cuerpo de Cristo  y la fricción interna causa mucha pena a sus miembros,  pero el cariño del pastor es la mano sanadora de Dios.