El Nuevo Testamento no nos proporciona información sobre prácticas detalladas de la iglesia.  No sabemos la hora del culto, la forma de los servicios, ni tampoco si existían reglas para la membresía. Y esta es la razón por la que debemos ajustar este tipo de cosas según nuestro contexto local.  Pero hay unos principios evidentes para la membresía de la iglesia:
·         Emplea un sistema para reconocer miembros de la iglesia. Pasajes que tratan sobre la cuestión de disciplina (Mat.  18:17, 3 Jn. 1:10) indican que había un cuerpo de personas como iglesia.  También hay 75 referencias a la palabra “iglesia” en el Nuevo Testamento, la mayoría a una iglesia local con gente reconocida como miembros.
·        Hay un nivel básico de conocimiento de Cristo para ser un miembro. Por ejemplo, el carcelero en Filipo (Hch. 16:32) recibió instrucción fundamental de Pablo antes de su bautismo. No era un curso avanzado, pero con la información suficiente para ser un cristiano y estar reconocido como miembro de la iglesia.  Véase Mat.  16: 16-18, 1 Jn. 4:2.
·        La fe en Cristo es esencial para la membrecía. Pablo dice que es necesario confesar con la boca y creer en el corazón para ser salvo (Rom.  10:9).    Es decir, saber datos acerca de Cristo no es suficiente,   la persona debe experimentar una confianza en él como su salvador.  Véase Jn.  20:31, Heb. 11:6.
·         La conducta cristiana muestra la validez de fe en Cristo. Una persona puede decir que es cristiano.   ¿Pero cómo se sabe si es verdad?   Cristo dijo que por el fruto, o la conductael cristiano verdadero es conocido   Mat 7:19-21.   Los que son aptos para ser miembros lo muestran en su manera de vivir.  Véase 1 Cor.  1:2; Jn.  15:1-5.