Según la Biblia la mujer puede ocupar las siguientes posiciones ministeriales:
Diaconisa. Aunque parece que la diaconía es un rol solamente para hombres (1 Ti. 2:11-13) encontramos: "…nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia" (Ro. 16:1). La palabra para "diaconisa" indica la idea de "sierva" o ayudante de otros en necesidades (Ro. 16:2).
Profeta. En ambos testamentos hay referencias de mujeres como profetas: "…una profetisa llamada Débora" (Jue. 4:4); "una profetisa, Ana" (Lc. 2:36); "Felipe el evangelista… tenía cuatro hijas solteras que profetizaban" (Hch. 21:8-9). Es probable que el oficio de profeta hoy esté cumplido en la persona que predica la Palabra. Esto implica que a veces es válido a la mujer dar un mensaje público. Aunque normalmente es la responsabilidad del varón (1 Ti. 3:1-2).
Profesora. Pablo da un ejemplo de este rol: "A las ancianas… Deben enseñar lo bueno y aconsejar a las jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, a ser sensatas y puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sumisas a sus esposos, para que no se hable mal de la palabra de Dios" (Tit. 2:3-5). El servicio didáctico de la mujer, usualmente entre otras mujeres, jóvenes y niños es esencial para el bien de la iglesia.
Fortalecedora de la obra. Especialmente la mujer ministra en la iglesia para soportar y proveer a otros. Esto ha sido desde la creación: "No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada" (Gn. 2:18) y ha persistido en la obra de parejas en la iglesia: "Priscila y a Aquila, mis compañeros de trabajo en Cristo Jesús" (Ro. 16:3). Es notable que Cristo y los apóstoles recibían apoyo esencial de mujeres: "Juana… Susana y muchas más que los ayudaban" (Lc. 8:3).
Publicado en Ayuda Pastoral
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